Si eres fuerte lo conseguirás”, “sé positivo y te curarás antes”, “todo depende de tu actitud”…¿Quién no ha escuchado alguna vez frases de este tipo?

 

Retomamos el artículo que escribimos para  La Voz de Galicia, con motivo del Día Mundial del cáncer de mama, donde exponemos nuestra opinión sobre la relación entre el positivismo y el cáncer

Podéis leerlo aquí  o continuar en el blog con el artículo un poco más extendido

Desde los años 80 y fundamentalmente desde los estudios de Martin Seligman sobre la Psicología Positiva,  hemos adoptado el positivismo como forma para afrontar las adversidades: la vida con una sonrisa, sin quejarse y sin que nadie sepa lo que realmente piensas o sientes, porque nada tiene que ver con lo que todos esperan de ti, con el color rosa, con un futuro mejor o con una falsa sonrisa.

El mensaje que se transmite detrás del positivismo en realidad es que si un cáncer se ha apoderado de tu cuerpo y no te has curado, será porque no tienes una actitud positiva, será TÚ culpa, es TÚ responsabilidad por no haber sido suficientemente positiva, generando un sentimiento de culpabilidad: no solo tienes cáncer, también tienes la culpa de no superarlo por tu actitud, por no haber sido suficientemente fuerte ni alegre.

El cáncer de mama, ahora puedo decirlo con conocimiento de causa, no me hizo más bella ni más fuerte ni más femenina, ni siquiera una persona más espiritual. Lo que me dio, si es que a esto lo queremos llamar "don", fue la oportunidad de encontrarme cara a cara con una fuerza ideológica y cultural de la que hasta entonces no había sido consciente; una fuerza que nos anima a negar la realidad, a someternos con alegría a los infortunios, y a culparnos solo a nosotros mismos por lo que nos trae el destino”

Dejar fluir las emociones

Lo más adaptativo ante una situación difícil como puede ser enfrentarse a un cáncer o superar la muerte de un ser querido, es dejar salir y aceptar las emociones negativas que forman parte del proceso (miedo, tristeza, desesperanza, frustración, ira…), sin esconderlas ni tener que forzar una emoción que no comprendes ni compartes en ese momento, que no es consecuente con lo que estás viviendo

Como en todo proceso, vamos pasando por diferentes fases en las que nuestras emociones van variando y que nos ayudan a adaptarnos poco a poco a la nueva situación

El problema emocional aparece cuando nos quedamos estancados en alguna de estas fases o actuamos como si no estuviese ocurriendo nada. Tanto nosotros como las personas que nos rodean, contribuyendo así a aumentar la carga que ya de por sí sola conlleva la enfermedad.

Estudios científicos  posteriores sobre el positivismo y el cáncer,  intentaron replicar los datos obtenidos por Seligman y no encontraron evidencia suficiente para demostrar que efectivamente una actitud positiva de afrontamiento mejora el pronóstico de recuperación ante una enfermedad como el cáncer.

Entonces… si las evidencias científicas sobre la relación entre una actitud positiva y un mejor pronóstico del cáncer son pocas… ¿por qué no dejan de presionarlas?

Permítanles sentirse enfadadas, tristes o decepcionadas con la vida.
Déjenlas escoger su color, su forma de afrontarlo, sus días malos y los no tan malos, sin juzgarlas si no sonríen.
Porque, admitámoslo, superar un cáncer no depende de sus sonrisas

Si queréis saber más sobre cómo nos quieren «vender» el positivismo en diversos ámbitos, os recomiendo el libro de Barbara Ehrenreich «Sonríe o muere: trampa del pensamiento positivo”

Picture of Ana Mª Rey Calvo

Ana Mª Rey Calvo

Pedagoga especializada en Orientación Educativa

Si te ha gustado, ¡compártelo!

Artículos relacionados

concurso postales navideñas

Concurso postales navideñas

I Concurso Postales Navideñas Este año queremos celebrar con todos/as nuestros/as peques y sus familias la Navidad, de una forma muy especial.  Por eso organizamos

Read More

El positivismo y el cáncer

Si eres fuerte lo conseguirás”, “sé positivo y te curarás antes”, “todo depende de tu actitud”…¿Quién no ha escuchado alguna vez frases de este tipo?

Read More

El positivismo y el cáncer